Es casi obligado hablar del desamor cuando hablamos de cosas de dos, y cuando hablamos del amor también. Porque el desamor ocurre, y sobre todo en el tipo de amor que se da en la Pareja. Cuando hay amor, puede ocurrir el desamor.
Llevaré algún día flores a la tumba de tu recuerdo.
En tus manos había depositado mi destino, en tus alas cobijado mi amor.
Hoy no hay presente ni mañana, sólo un ayer que se apaga en un temblor adolescente.
Saciaré mi sed en otra fuente, plantaré mi amor en un jardín sin tus cuervos.
Brindaré por tí con la copa de la pena, de la pócima de amargura que me diste a probar.
Buscaré el camino que me lleve a la cumbre para no recordar
que te has burlado de mí, que rompiste cada cimiento de nuestro hogar.
Y así, en otro lugar del tiempo y el espacio, volveré a comenzar.
Mientras tú... te perderás junto al fin de mi inocencia,
en la etapa final del ocaso de la adolescencia.
Ahógame si puedes, destroza mi recuerdo, deshazte de la imagen que perturba tu silencio, olvida que me amaste y prometiste darme el cielo, rechaza las caricias que ofrecí con tanto esmero.
Ignora mis señales, devuélveme mis besos, entierra los sentires que atizaban tus deseos, pretende haber soñado que te amaba con locura. Simula indiferencia y estupor con quien te pregunta.Prescinde de mis risas y mis lágrimas calladas, reniega de la entrega desenfrenada de mi alma. Sepulta los pedazos de este corazón herido, regrésame la vida que te brinde, amor mío.
Sofoca las ilusiones, destierra las memorias, los caminos se separan y se mitiga nuestra historia.
El adiós inevitable nos muestra su demacrado aspecto, dando final al romance que nunca tuvo comienzo.
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